Palmeras en la nieve (y baobabs).

 




 

 

 

 

    El pasado martes 24 de enero, la Dra Ana Crespo, Catedrática de Universidad del Departamento de Geodinámica de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Granada, impartió a los alumnos de Biología y Geología de 4ºESO y 1º de Bachillerato y a los alumnos de Ciencias de la Tierra y del Medioambiente de 2º de Bachillerato una charla titulada:

¿QUÉ HACE UNA GEÓLOGA EN UN BUQUE OCEANOGRÁFICO?
 

A pesar de tener el salón de actos completo, consiguió que los alumnos estuvieran interesados en lo que nos contaba en todo momento. Lo más sorprendente de la charla: "Hay palmeras en la nieve (y baobabs)"

Antonio Rodríguez, alumno de 1º de Bachillerato-B, nos hace un resumen de la misma.

Ana Crespo-Blanc es una respetable geóloga que trabaja para el CSIC y la Universidad de
Granada. Junto a 21 científicos y 10 técnicos de todas las nacionalidades, fué enviada a la
Antártida para tomar y estudiar muestras de sedimentos marinos en este continente.
Se embarcaron en un buque de investigación español: el Hespérides, propiedad del
Consejo Superior de Investigación Científica, que estaría operado la Armada Española.
Los científicos trabajarían en dos turnos de cuatro horas durante los siete días de la
semana.
Con ayuda de un sofisticado “water team”, lograron tomar muestras de agua marina en
distintas profundidades. Llegando a los 800 metros, analizaron parámetros como salinidad,
dureza, cantidad de zooplancton...
Con uso de testigos de gravedad, obtuvieron muestras de hasta 5 metros del sedimento
antártico. Con el análisis de éstos, por el contenido en compuestos orgánicos no
oxigenados, en sílice y otros elementos se puede averiguar las condiciones climáticas de
diferentes periodos históricos e incluso la composición atmosférica, además de las
condiciones de sedimentación. Incluso éstos sedimentos contienen a menudo restos
biológicos como foraminíferos, o restos de polen de diferentes árboles. Gracias a esto se ha
podido conocer que antiguamente la Antártida se encontraba cubierta por palmeras y
baobabs, lo cual contrasta con el actual continente desértico con tan sólo dos especies de
plantas.
Los testigos recogidos se congelaron y se abrieron en tierra firme para su análisis. Gracias
a estos testigos conocemos la gravedad del calentamiento global, se estima un retorno al
eoceno cálido, y que este es antropológico. También, gracias a los testigos, se conoce la
evolución de la tectónica de placas del continente.
Se utilizaron además estudios a partir del análisis de ondas. Un steamer con hidrófonos y
una barquilla provocaría una explosión de aire comprimido cada 50m. Permitiendo recoger
información de hasta 10 km.


Opinión personal:
Me pareció una charla muy interesante. Actualmente estamos trabajando en el Instituto Andaluz de Ciencias de la Tierra en el proyecto PIIISA "Los sedimentos marinos como archivo del cambio climático", que tiene una relación directa con esta campaña. Ya se nos explicó brevemente, a los de PIIISA, cómo se hacían estas campañas pero aclara mucho conocer esos estudios y más si es del testimonio propio de una de las geólogas de la expedición. Resulta muy curioso conocer cómo funcionan esas expediciones, como se organiza el personal, los métodos para obtener muestras y la vida a bordo, incluso para los que no están interesados en el estudio de los sedimentos. A menudo, los estudiantes, nos vemos obligados a memorizar datos ignorando lo duro y tedioso que puede ser obtenerlos. Es entonces muy placentero ver cómo se obtienen estos datos sobre los sedimentos y el testimonio de esa aventura hacia el continente inhóspito y congelado que es la Antártida. (Antonio Rodríguez. 1ºBTO-B).

 

 

 

 

 

 


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